El último número de NME ha confeccionado una lista con 101 álbumes que la gente debería escuchar antes de morir. Entre los muchos artistas que han colaborado con sus opiniones se encuentra Keith Richards, que eligió ‘Blonde on Blonde’ (Columbia Records, 1966) de Bob Dylan.
Richards reconoce el mérito de Dylan como encargado de demostrar que “no había que restringir el rock and roll a una fórmula estrofa-estribillo-estrofa”. Sin embargo, lo que podría parecer una alabanza resulta esconder cierto resquemor en el guitarrista de los Rolling Stones, que finalizó declarando:
“En esos días todos nos presionábamos los unos a los otros. Bob es un desagradable gilipollas. Lo recuerdo diciéndome: <Yo podría haber escrito ‘Satisfaction’, Keith, pero tú no podrías haber escrito ‘Desolation Row’”. Yo le dije: “Bien, ¡ahí tienes razón, Bob!>”. Desde luego, los entresijos del mundo de la música nunca dejarán de sorprender.