Pamelia Kurstin logra extraer el alma del aire, a través de la música que no se puede tocar. Un principio muy poético en honor a uno de los instrumentos más racionales y científicos: el theremin. Para el que no esté familiarizado con el instrumento, el theremin fue patentado en 1928 por Léon Theremin, inventor y violonchelista, quien, haciendo uso de la tecnología de transmisión radiofónica, convirtió al intérprete en el enlace necesario que completaba su revolucionario invento (el intérprete actúa como toma de tierra, lo cual cierra el circuito electromagnético y genera su distinguible sonido).
Kurstin, la artista estadounidense, es una de las thereministas con mayor reconocimiento mundial, devolviendo al instrumento la seriedad y el abanico de posibilidades que la serie B de los cincuenta le robó en sus odiseas marcianas.
En una de las fantásticas y polifacéticas conferencias de TED nos relata su relación con el theremin, su funcionamiento, su historia y nos regala una de las interpretaciones más sublimes de este incomprendido y etéreo instrumento.