Venezuela, sonidos de represión

Después de casi un mes de protestas, mas de 1.300 detenidos, 40 casos de torturas policiales denunciadas y 27 muertos que se suman a los miles que matan por el hampa común, la realidad de Venezuela sigue siendo un estado de extrema violencia. Sin embargo, las horribles imágenes de represión que ensangrientan las calles de Caracas están en desventaja a la hora de lidiar con Ucrania por atención de los periodistas, los eventos de Kiev son más sangrientos y la contabilidad más nefasta.

Eso deja una premisa clara, este país caribeño no es competitivo ni siquiera para las tragedias. Sin embargo, [inlinetweet prefix=»» tweeter=»» suffix=»»]la modalidad del juego sucio en las calles de Venezuela no tiene precedentes en la historia[/inlinetweet]. La mitad de la nación está protestando contra un régimen que los reprime como si se tratara de un enemigo mortal.

Quizás ‘Take the Power Back’ de Rage Against de Machine sea un tema referencia para describir nuestra situación como estudiantes. La tensión en las calles aumentó hasta hacerse irrespirable y directamente peligrosa, sobre todo para quienes intentamos documentar lo que ocurre. Sólo a través de vídeos aficionados en internet se puede conocer la verdad de un gobierno que mantiene a los medios censurados, libre de denuncias, ajenos al caos.

“¿Quieres un coñazo maldita escuálida?” seguido de un empujón.

La mirada colérica de un uniformado de la Guardia Nacional me hizo retroceder y bajar la cámara del celular mientras alrededor sonaban disparos. Más desconcertada que asustada y sin saber muy bien lo que hacía, corrí entre el humo hasta resguardarme en un edificio cercano. Inmediatamente, este cerró sus puertas al resto de los manifestantes que buscaban refugio.

Dentro de las balas, los perdigones y el humo que ahoga las protestas, hay una nueva modalidad algo escalofriante. Los camiones blindados reprimen con soundtrack. Cuerpos uniformados suenan sus parlantes a todo volumen con música llanera, canciones folklóricas del país, el himno con la voz del difunto presidente Chávez, temas revolucionarios de Alí Primera y algunos improperios que gritan valientemente a través del micrófono, bien resguardados.

Sí, las calles se han convertido en una discoteca rave de horror. El uso de la música política es quizás su arma más inocente, pero bastante efectiva. Parte de la guerra psicológica que ataca la autonomía de la protesta, tal cual como hacían en los campos de concentración Nazi.

Con un humillante temblor en las manos y una extraña sensación de frustración seguimos grabando la horrible represión a través de las rejas.

“Corran malditos” y cuatro bombas de gas salían del camión blindado en plena zona residencial.

Es ya conocido el uso deliberado de canciones para quebrar a los prisioneros mentalmente y robarles la dignidad que identifica sus consignas, ahogarles los gritos con el sonido de una patria que, al final, nos pertenece a todos. Entonces, quienes tienen que garantizar la paz y armonía a los venezolanos no saben, no pueden o no quieren hacerlo. No entienden de leyes, de historia, ni reclamos. No entienden que las bocas que hoy cierran, se multiplicarán en la medida en la que no aprendan a escucharlas.

Desde mi escondite veía como una joven de poca estatura le hacía frente a los colectivos con un saco de piedras y la cara tapada. En medio de la línea de fuego, abrieron la puerta de otro edificio para que se refugiara. Del otro lado, las autoridades se daban banquete esposando y golpeando detenidos, mientras los edificios sonaban cacerolas.

A estas alturas ‘The Revolution Will Not Be Televised’ de Molotov es un tema bandera de los jóvenes. Todos tenemos algún amigo detenido que se ganó unos golpes de la guardia, estamos en una fase demencial, donde poco a poco todos pierden la cordura. Los bandos radicales son los que imponen agenda ante un gobierno que sube el volumen de la música para silenciar las necesidades de su nación. Entre tanto, [inlinetweet prefix=»» tweeter=»» suffix=»»]el país sigue encaminado a ser el campeón del mundo en inflación, homicidios, inseguridad y desabastecimiento[/inlinetweet] (Todo a pesar de tener las mayores reservas petroleras del mundo).

¿Cómo va a terminar todo esto? No sabemos, pero ya hemos visto lo que pasa cuando el pueblo pierde el miedo y siente rencor ante tanta infamia: busca justicia con sus manos, busca.

Los guardias señalan a los que estamos asomados en la reja y nos apuntan con un arma larga, comienzan a lanzar bombas lacrimógenas a los edificios.

Exigiendo ‘Justice for All’ como Metallica, así está Venezuela. Un país que hoy nos muestra su cara menos amable. Parte de un futuro que nos negamos a perder, mientras los niños en su casa aprenden a distinguir entre el sonido de un cohete y el disparo de una bala.