Quince años de carrera en la música, con los tiempos que corren, son motivo de celebración. Y más cuando además de buenas canciones, hay simpatía y humildad de por medio. Y así son Niños Mutantes, un cuarteto de Granada que eligió la sala Rock Kitchen de Madrid para dar el último concierto de la gira de presentación de Las noches de insomnio, su último trabajo, en una noche que prometía.
Estos mutantes andaluces (Juan Alberto, voz y guitarra; Andrés, guitarra; Miguel, bajo y Nani, batería), precedidos por los arandinos y colegas Yani Como (banda liderada por Javier Ajenjo, director del festival Sonorama de Aranda de Duero), quisieron que la velada fuera única e inolvidable y durante las casi dos horas de directo que ofrecieron, el escenario fue un ir y venir de amigos y paisanos; para el grupo, “la mejor trompeta, la mejor cantante, el mejor ‘frontman’…” cada uno en una categoría distinta.
El trompetista Jimmy García les acompañó en Formentera y Chicas en bikini y Abraham Boba se colgó el acordeón para La ardilla roja, incluido en uno de sus primeros eps, Veneno Polen (1999). Mientras tanto, la rubísima Zahara bajó los niveles de testosterona que se registraban sobre las tablas y con su dulce voz compartió un “dialogo emocionalmente intenso2 con Juan Alberto en No puedo más contigo. Y la sala empezó a moverse con la Te favorece tanto estar callada, para la cual contaron con Guille Mostaza de Ellos. “Tiene muchos huevos, porque estamos improvisando”, advirtió el cantante mutante. Y, sí, Guille no se sabía toda la letra, pero salió triunfante gracias a sus más que demostradas dotes para el directo, comiéndose el micrófono. Sin embargo, la colaboración más aplaudida sin duda fue la de Noni y Ale de Lori Meyers, uno de los grupos más queridos del ‘indie’, que le dieron su toque personal a Errante (Canción Mutante). Noni empezó haciendo una bonita segunda voz, para luego arrancarse con algunos versos por su cuenta.
Pero los invitados, tan bien recibidos, no eran los protagonistas de la noche. Los cuatro granadinos sacaron toda la artillería, dejando grandes momentos en la memoria de los presentes. Los efectos sonoros de Las noches de insomnio llenaron la sala y convirtió al público en un coro que cantaba “ooohhh” al únísono. Juan Alberto se tomó un momento para él y tocó Mi niño no quiere dormir, sólo con su guitarra, pensando en su hijo de dos años. “Debería estar dormido, aunque seguro que no es así”, comentó. Y no pudo faltar una de las versiones más queridas por sus seguidores del álbum Grandes éxitos de otros (2007): la enorme Como yo te amo de Raphael. “Nos han pedido por Twitter que toquemos esta. Que sepáis que lo hacemos para que la cantéis vosotros”, explicó el vocalista.
Para coronar la actuación y cerrar el círculo de directos, si en su primera parada de la gira, en la sala Galileo de la capital, Niños Mutantes invitaron al público a subirse al escenario, esta vez fueron ellos quienes bajaron con sus guitarras y cantaron a pelo La voz rodeados por sus incondicionales, rematada unos minutos después enchufados de nuevo. Un gran final para estos primeros quince años de vida mutante.
Beatriz Viloria