“Queridos fans, nos gustaría aclarar que esta imagen creada por Roberto Cavalli para Beyoncé es un sketch y no una foto y por tanto sólo pretende mostrar una visión artística y estilizada. Roberto Cavalli adora a las mujeres y más que nadie siempre ha exaltado y resaltado las formas femeninas en sus creaciones, construyendo su estilo glorificando la sensualidad y la feminidad”.
Una fotografía colgada en el muro de Facebook de Roberto Cavalli ha vuelto a reabrir el debate. La polémica es indiscutible, generando 224 comentarios en apenas 14 horas en propio post y recogiendo la reacción de la prensa de medio mundo. La fotografía en cuestión muestra a una diosa de ébano convertida en una barbie anoréxica. El artista se ampara precisamente en eso, en la «libertad creativa».
Camerinos recién pintados de blanco. Rollos de papel higiénico rojo de una exclusiva firma. Retretes nuevos, sin estrenar. 900 dólares en pajitas de titanio, con las que beber agua de una marca francesa que ha de ser servida a 21 grados, exactamente. El staff ha de ir vestido con prendas hechas de algodón puro, para evitarle alergias a la diva. Un cubo de hielo tallado a mano en forma de bola, para enfriar su garganta antes de las actuaciones. Crudités, nada de comida basura, y almendras entran dentro de las excentricidades de la norteamericana en sus giras. Nada haría sospechar que alguien con estas exigencias tan mamarrachas podría estar en contra de que le retocaran con Photoshop. Pero lo está. Y ferozmente además.
Dando una inusual lección de dignidad, la hermana de Solange no es partidaria de este tipo de postproducción fotográfica. Sabemos que no le agrada que sus fotografías pasen por Photoshop, como demostró hace unas semanas al mostrarse escandalizada con el resultado de la campaña de H&M, que le quitó unos cuantos kilos de encima en los carteles promocionales que casi todos hemos podido ver en nuestras ciudades. Algunos medios publicaron que Beyoncé se comunicó personalmente con la gente de marketing de la firma sueca para exigirles que se retiraran dichas fotografías. Lo que aún queda por descubrir es la reacción de la trendsetter ante esta nueva manipulación de su imagen.
Anécdotas aparte, los personajes mediáticos tienen una importante función social que no pueden dejar de lado. Habrá quien diga aquello de «un cantante es sólo eso, un cantante», pero figuras de este nivel son mucho más que eso. En cierta medida, «va incluido en su sueldo». Al igual que Leo Messi no puede presuntamente evadir 4 millones de € a la hacienda española, o Rihanna no debería ni acercarse a un impresentable como Chris Brown tras propinarle este una escandalosa paliza, Beyoncé no debería prestarse para según que campañas. Campañas que, retocando fotos a discreción pueden provocar un deseo de imitación en la población y por extensión contribuir al incremento de enfermedades tan dramáticas como la anorexia o la bulimia. El dinero no lo es todo y el arte no lo justifica todo.
¿Qué opináis de las fotos de Beyoncé para Cavalli?