En domingo de elecciones, debe levantarse a una hora prudente. Es preferible hacerlo pronto, así evitará colas en su colegio y no le dará tiempo a dudar del nombre que lleva en la papeleta, ya cerrada desde casa -enviada por su partido mayoritario desde hace semanas-. Vaya a su bar más cercano a desayunar sus porras aceitosas con el café de la mañana y a saludar a los parroquianos, especialistas en solucionar los problemas del país a base de sol y sombra con un cubito de hielo. Una vez terminada la segunda porra -evitando manchar su camisa de domingo-, diríjase al colegio correspondiente a votar. Introduzca su papeleta en la urna. Espere cuatro años y repita el mismo procedimiento.
Sangre, sexteto madrileño aparecido a mediados del año pasado, han compuesto el tema central a ese domingo de resaca y televisión en el que se vota a mentiras que se pagan durante demasiados años. ‘Democracia’ es el tema central de una banda que con atmósferas de guitarra, irreverencia punk y herencia Punsetes han logrado abrirse hueco en una escena madrileña de la que hay que sentirse orgullosos. Hay bandas y hay mensaje. «Bárcenas, Bárcenas, Bárcenas», que susurran los coros.
Fundada entre cervezas, el primer primer paso como Sangre acabó en ‘Sangre Es Amor‘ (Autoeditado, 2013), EP presentación de la banda. Está compuesto por cuatro canciones intensamente producidas bajo los cánones de la baja fidelidad, ruidismo de seis cuerdas y el desganado encanto vocal de Concha de Anta que acaba por enganchar. ‘Yeyé’, ‘Sola en casa III’ y ‘Cecilia’ terminan de componer un corto del que cabe esperar en unos meses un álbum que termine de envenenar nuestro fluido rojo, todo lleno de monarquía parlamentaria.