Los discos de Woods: del peor al mejor

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Los grupos como Woods son de esos conjuntos que contienen una seña de identidad propia claramente identificable, que no se pierden entre el mar de bandas actuales, muchas de ellas irreconocibles e indiferenciables. A pesar de que la crítica creara la inservible marca de Sonido Brooklyn, saco en el que caben grupos tan dispares como Woods, Japanther, Animal Collective, Vampire Weekend, Interpol, MGMT y un largo etcétera. De nada sirve juntar a los grupos por su origen y su coincidencia temporal si no hay un hilo que conecte las ideas musicales. Los cuatro de Brooklyn pertenecen a una familia en la que serían probablemente los hijos únicos.

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7. ‘At Rear House’ (Woodsist, 2007)

La dificultad de criticar por separado toda la amplia discografía, a pesar de que llevan sólo 7 años en activo, de Woods radica en que las diferencias son muy pequeñas, su obra casi podría ser tratada como un sólo conjunto. A pesar de ello, ‘At Rear House’ es el mayor ejemplo que nos muestra lo poco convencidos que están los neoyorquinos de grabar en estudio y lo mucho que les gusta improvisar. Contiene canciones experimentales que dan la sensación de pura experimentación como ‘Walk the Dog’, ‘Love Song for Pigeons’ o ‘Woods Children pt. 2’. Y empieza con cortes esperanzadores como ‘Don’t Pass On Me’ y ‘Hunover’.

6. ‘How To Survive In+In The Woods’ (Release the Bats / Shrimper, 2007)

Su disco debut contiene unas composiciones de folk lo-fi que los emparenta con bandas como Fleet Foxes, las cadencias folk dramáticas de Bon Iver, el ambiente retro de Crosby, Stills and Nash y del propio Neil Young. Pero por supuesto Woods tienen algo diferente, una dureza inherente, sin problemas para estallar una canción con un solo estridente de guitarra. Los temas más destacables serían ‘Kid’s Got Heart’, ‘How To Survive In’ y la increíble ‘Broke’. Sigue manteniendo cortes experimentales como ‘God Hates the Faithless’.

5. ‘Bend Beyond’ (Woodsist, 2012)

La limpieza de sus dos últimos largos, ‘Sun and Shade’ y ‘Bend Beyond’ renueva su folk moderno pero conserva el espíritu. La presencia casi testimonial de las percusiones en su música aumenta en el último largo, reducen los aportes de canciones improvisatorias de nueve minutos (ahora duran dos minutos como ‘Cascade’) y deslizan melodías psicodélicas con las guitarras acústicas. No abandonan esa búsqueda enfermiza del trance musical pero liman sus espinas y ofrecen un trabajo más sólido. No iban a estar grabando siempre como si lo hicieran en cintas de casette, que le da ese toque tan auténtico que los haría reconocibles hasta bajo el agua.

4. ‘Woods Family Creeps’ (Woodsist, 2008)

No es fácil enfrentarse a un día lluvioso y gris escuchando algo tan tremendamente duro para los sentimientos como este largo. La calidad sonora ínfima y las intenciones los aproximan en este trabajo a bandas amantes del lo-fi como Thee Oh Sees o Vivian Girls, más rápidos y salvajes pero con un carácter común. Cortes como ‘Creeps Collage’ ejemplifican la aparición constante de melodías inspiradas que no se explotan ni se machacan para hacerlo todavía más auténtico. En tan solo nueve cortes los de Nueva York nos llevan desde canciones más poppies como ‘Twisted Tongue’, a otras improvisadas de siete minutos como ‘Family’ o ‘Diamon Days’ y ‘Sleep Sleep Sleep’ (algo más breves).

3. ‘Sun And Shade’ (Woodsist, 2011)

‘Sun And Shade’ abrió la puerta del sonido limpio de Woods, y en lugar de hacer esas uniones de ideas musicales y melodías creativas sin explotar, melodías que duran el tiempo justo para que te des cuenta de que están pero que no se aprovechan para crear una canción con mayor lógica. Esta apertura no hizo tambalear la personalidad de Woods puesto que permanecía en sus guitarras y en el falsete de Jeremy Earl, pero hizo que se perdiera la sensación de vísceras en las letras, de sentimientos propios vertidos sobre las canciones y el dramatismo del conjunto. Encontramos en el largo momentos de trance musical en cortes instrumentales como ‘Out of the Eye’ y otros más amables como ‘Sol y Sombra’. El corte estrella es ‘Be All Be Easy’, que podría ponerse de ejemplo del nuevo sonido de Woods.

2. ‘At Echo Lake‘ (Woodsist, 2010)

Dentro de todos los parecidos a otras bandas que puedan tener los de Jeremy Earl, estos once temas serían más próximos a Real Estate. ‘At Echo Lake‘ está a medio camino entre el lo-fi de ‘Songs of Shame’ y la limpieza de ‘Sun And Shade’. Abandona en cierto modo el carácter impredecible de Woods pero regala un temazo como ‘Suffering Season’, la limpia y pop ‘Time Fading Lines’, una improvisación en el estudio llamada ‘From The Horn’ o uno de sus cortes más sentimentales: ‘I Was Gone’. Es magnética la habilidad que tienen los de Nueva York para desarrollar las canciones con bases rítmicas sencillas de fondo que se ven apoyadas por panderetas o maracas en el momento adecuado como la propia ‘I Was Gone’.

1. ‘Songs Of Shame‘ (Woodsist, 2009)

La carrera veloz de los de Brooklyn nos ha traído un disco de gran calidad al año desde 2006. Cuanto más escucho los discos de Woods más complica o es razonar el orden en el que debería ponerlos. En todos menos en el número uno. ‘Songs of Shame’ es puro clasicismo de Neil Young o Simon and Garfunkel, pero totalmente impredecible. Una delicadeza sentimental lo-fi inestable. La distancia con los clásicos la marca su carácter personal, sus asperezas que de repente te sacuden en medio de una canción folk aparentemente amable.

Solos tan poéticos y rompedores como los que aparecen en las dos canciones que abren el largo, ‘To Hold’ y ‘The Clean’, para después abrir el cielo ante el oyente con ‘The Number’, en la que se puede intuir la calidez del Sol. La más trenzada y menos improvisada de sus canciones instrumentales: ‘September With Pete’. Cerrar el disco con tres temas como ‘Rain On’, ‘Gypsy Hand’ y ‘Where and What Are You?’ hace que a todos los que los hemos disfrutados nos sangre el tímpano cada vez que oímos que la música acabó en los setenta. Hace que nos sintamos orgullosos de vivir en nuestro tiempo y escuchar también lo nuestro.

Fernando Naval
Fernando Naval
Fernando Naval formó parte de HABLATUMÚSICA de 2011 a 2014. En la actualidad, prosigue su carrera musical al frente de la banda de rock Camellos.

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