La razón por la que aún muchos vamos al cine es porque nos encanta la oscuridad de la sala. En esa penumbra nos enamoramos de un actor, de una actriz o de una historia. La película “Indie” que encandiló al público en el Festival de Sundance 2010 fue Happythankyoumoreplease. Una generacional búsqueda de la felicidad que Josh Radnor, el tierno y a veces cursi Ted Mosby de ‘Cómo conocí a vuestra madre’, escribe, dirige y protagoniza.
Radnor interpreta a Sam Wexler, un escritor que se despierta tarde el día de una importante reunión con una editorial. En el camino encuentra a Rasheen, un niño perdido al que Wexler decide ayudar. Este es el suceso que empuja el motor de una trama que comparten tres historias (o tres búsquedas). El personaje de Radnor se ve fascinado por una camarera llamada Mississippi. Malin Akerman (Watchmen) interpreta a Annie, una atractiva mujer, a pesar de estar calva por una rara enfermedad, que no sabe elegir a los hombres. Akerman hace un trabajo brillante, por encima de todos los actores de la película. Su fuerza es arrebatadora. Por último están Mary (Zoe Kazan) y Charlie (Pablo Schreiber). Una joven pareja que pasa por una crisis cuando él regresa de un idílico viaje en Los Ángeles.
Sin duda es una película de personajes, ellos son lo más importante del filme. Y no defraudan. Están escritos con cariño e interpretados con realismo. El trabajo de Radnor hace que te olvides de que una vez a la semana cuenta a sus hijos «batallitas» de un grupo de amigos neoyorquinos que serán el símbolo de una generación. Y esto ya es más de lo que ha conseguido el elenco completo de Friends.
La dirección es pausada y la fotografía está impregnada por una luz tenue a la que acompaña a la perfección una banda sonora repleta de temas del folk americano de los últimos cuatro años. La voz de la compositora y cantante Jaymay es la encargada de mecer la historia con preciosos temas como Rock Scissors Paper u One May Die So Lonely.
Su previsible argumento se salva gracias a un guión honesto y ágil. La búsqueda del amor, la felicidad, Nueva York y la compleja relación entre personas de distinto sexo son temas que recuerdan los filmes de Woody Allen, aunque con algo menos de negrura. Esta película no es tan ácida, ni tan genial, pero sí ofrece algo más de frescura que las obras del director septuagenario. Josh Radnor dedica su opera prima a esos veinteañeros y treintañeros que han sido cómodamente educados y ahora tienen que enfrentarse solos al mundo. Además todos aprenderemos a dar las gracias. Thank you Josh Radnor. More please.
Pedro Moral