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EL ELEFANTE ESTÁ BORRACHO | por Dani García
¿Os acordáis cuando Dumbo se la pilló doblada? “Picos” de surrealismo semanales

“El plagio es necesario, el progreso lo implica”, dijo el Conde de Lautréamont, una mente radical romántica del siglo XIX; un poeta genialmente oscuro y atormentado que murió joven estrangulado en sus palabras como todo artista del Romanticismo. Ya en la época medieval los cantos gregorianos eran copiados entre monasterios y en el Renacimiento la misa y el motete eran formas musicales calcadas de una iglesia a otra. Con la llegada del Clasicismo y la música clásica, los compositores caían influenciados unos por otros. Es el caso de Beethoven, quien en nuestros días, fue acusado de plagio por la famosa Quinta Sinfonía y otras piezas por el prestigioso director de orquesta británico John Eliot Gardiner. Y es que la composición en la música clásica, sujeta a normas más estrictas, siempre ha sido objeto de denuncias de apropiación, lo que lleva a la cuestión de en qué punto un artista debe alegar plagio en vez de inspiración musical.

Plagio o fuente de inspiración

Si le preguntamos a cualquier banda por influencias, en la típica, aburrida y mal planteada pregunta “¿cuáles son vuestras influencias?, nos las darán, aunque crean tener una polla de negro cuando dicen que su próximo álbum será una mezcla de Black Sabbath y Nick Drake (lo han dicho los amish Mumford & Sons). Ahora bien, plántate delante de Scott Walker y a ver como se lo preguntas. ¿Existe acaso un criterio para diferenciar plagio y fuente de inspiración? El criterio es escuchar más música, eso es lo más importante de la música. El resto, que una canción de Ramones se parezca a una de Stooges, debería ser papel mojado.

Desde el punto de vista artístico, el músico, a la hora de crear, tiene una inspiración, se guía por un estilo, se fija en unas referencias. Ello puede llevar a crear canciones melódica y rítmicamente similares a otras ya hechas. Preguntémosle a George Harrison, cuyo hit My Sweet Lord (1970) es tan difícil de distinguir con He’s So Fine (1962) de Chiffons como cualquiera de los Brady. El ex-Beatle tuvo que romper la hucha y desembolsar $587.000 por el plagio aunque siempre dijo que todo le vino del subconsciente y no quiso hacerlo de forma deliberada. Nos fiamos de él, era el Fab Four más entrañable aunque sea solo por la pena que despierta al haber tenido una primera mujer tan zorra como Pattie Boyd.

Otro ejemplo de remedo involuntario fue el de John Fogerty: su canción de 1985 The Old Man Down The Road pisa el camino armónico de su propio tema de 1970 Run Through The Jungle. La demanda que interpuso la discográfica Fantasy Records, propietaria de la segunda, a Warner Music, que ostenta los derechos de la primera, no siguió adelante y supuso una victoria para la libertad creativa de los músicos. El caso de Fogerty fue el colmo de las acusaciones de plagio, demandar a un músico por plagiar una pieza de él mismo, y es uno de los muchos ejemplos en que los vampiros de las grandes casas discográficas buscan llevar a juicio a quien sea por copiarles algo que ni siquiera han hecho pero que les pertenece, intentando sacar algún royalty de beneficio. Estilo señor feudal de la Edad Media es el que se lleva en las oficinas de los sellos, no extrañe la crisis de la industria discográfica entonces.

“Puedes hacerlo accidentalmente”, comentó Wayne Coyne, frontman de The Flaming Lips, hace unos años cuando su tema Fight Test (2003) fue tachado de copia de Father and Son (1970), una pieza del artista antes conocido como Cat Stevens (ahora en una de esas pajas mentales artisteras se llama Yusuf Islam). La polémica se zanjó con una división de las royalties para ambas partes (las discográficas Sony y EMI) de la canción de ‘los Lips’. Otro que lleva en esto del rock toda su vida, el señor Tom Petty (porque hay que llamarle señor), evitó ir más lejos cuando saltó la controversia entre su tema de 1993, Mary Jane’s Last Dance, y Dani California (2006) de Red Hot Chili Peppers. El músico de Florida se mostró muy sincero en una entrevista a la revista Rolling Stone: “dudo que hubiera una intención negativa, muchas canciones de rock & roll suenan igual”. Porque ser sensato es gratis.

– En el próximo ‘Elefante’…. Casos mediáticos de plagio y, sampling y plagio.

Dani Garcia
Dani Garcia
Periodista. Formó parte de HABLATUMÚSICA.com de 2011 a 2013, alcanzando especial repercusión con su columna 'El Elefante Está Borracho'. Actualmente prosigue su carrera en Doist PR.

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