Al final ha sido la criatura de ese italo-americano bajito y con gafas de pasta la que más candidaturas ha acumulado de cara a la gala de los Oscar 2012. Un total de 11 nominaciones se ha llevado Hugo de Martin Scorsese. Los viejos roqueros nunca mueren, aunque a cierto vaquero se le ha hecho el vacío. Ni una sola nominación para el biopic de J. Edgar dirigido por el respetado y muy laureado (por eso extraña su ausencia) Clint Eastwood. Parece que su forma rápida e improvisada de rodar no gusta en la academia, a pesar de que sus películas sean las únicas que mantienen un regusto a clasicismo.
Este año Hollywood se ha propuesto mimar al cine de autor: Woody Allen por Midnight in Paris, Terrence Malick por The Tree of Life o Stephen Daldry por Extremely Loud and Incredibly Close son tres de las sorpresas más agradables para los amates del cine que se hace a las afueras de la industria. Entre las candidatas a mejor película también hay dos dramas de corte independiente pero con dos pesos pesados como George Clooney y Brad Pitt protagonizándolas, The Descendants de Alexander Payne y Moneyball de Bennett Miller. Las nominaciones inevitables son The Artist de Michel Hazanavicius, War Horse de Steven «Rey Midas» Spielberg y la académica cinta de Tate Taylor llamada The Help.
Una vez hecho este repaso por las nueve nominadas, un número que no deja de parecerme excesivo, vienen los reproches. El primero tiene nombres y apellidos, se llama Ryan Gosling. Este actor, que ya fue ignorado el año pasado por su soberbio papel en Blue Valentine, vuelve a estar escandalosamente ausente en la ceremonia a pesar de hacer un trabajo magnífico en Drive. La película de Nicolas Winding Refn es otra de las injusticias, este sangriento y perturbador thriller se merece mucho más que una única nominación en la categoría de mejores efectos sonoros. Por ejemplo, el papel de Albert Brooks, o la banda sonora, que no sólo es una de las mejores del año sino que se podría considerar uno de los discos del año. Está firmada por Cliff Martinez, el nombre que debería sustituir a John Williams en la lista de nominados. El señor Williams, que parece que ha inventado la música, está nominado a dos candidaturas (por War Horse y por Tintín), no se debe renegar de un genio (que lo es) pero a veces es interesante abrir la puerta a gente nueva.
La ausencia de Michael Fassbender también es un delito. Primero porque Shame es una obra maestra y segundo porque si a los señores de la Academia les parecía muy atrevido nominar una película sobre la adicción al sexo, podrían haber recurrido a A Dangerous Method donde el actor también realiza un papelazo mucho menos controvertido.
La indiferencia hacia Tintín ha sido otra de las horribles injusticias. La mejor película infantil del año debería estar ahí. Al menos la representa un tal John Williams.
Los Oscar se definen por sus injusticias pero lo que realmente nos gusta son sus aciertos, sobretodo los inesperados. En las nominaciones a los actores hay tres alegrías: Gary Oldman por El topo, el genial Christopher Plumer por Beginners y Melissa McCarthy por Bridesmaids, ya era hora de que las mujeres se tirasen pedos y vomitaran en el cine.
La Academía tiene un punto a su favor por ignorar las difíciles relaciones con Irán y dar dos nominaciones a Nader and Simin, a separation (guión y película extranjera), la película iraní es una de las mejores del año, sin duda. Otra de las nominaciones dignas de celebración es, por supuesto, la de Chico y Rita. La hermosa obra de Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando es un caramelo para los amantes del las historias de amor con sabor a Jazz.
Como siempre habrá todo tipo de discrepancias, pero eso es lo divertido de los premios. Eso y las caras de los favoritos cuando pierden. Ahora toca esperar.
por Pedro Moral