El milenarismo va a llegar, o eso decía Fernando Arrabal en ese momento de embriagadora inspiración. El fin del mundo es algo que nos obsesiona, lo tememos pero nos da un terrible morbo. El cine se ha encargado de acercarnos a él mediante asteroides, inundaciones, consecuencias del cambio climático y demás parafernalia pseudocientífica. Sin embargo, definir a Take Shelter como una película de desastres naturales apocalípticos es una sandez. Aquí la tormenta solo se ciñe sobre un solo hombre.
Desde el primer instante esta película se agarra a tu subconsciente para no soltarte nunca. Lo que Jeff Nichols nos cuenta en los primeros minutos es turbador pero poco a poco un ritmo lento e intenso va ennegreciendo el metraje hasta volverlo escalofriante. Nichols empuja al protagonista a tomar decisiones que sólo lo conducen a obsesionarse con algo que no sabe si es o no real. Una tortura que traspasa la pantalla. La angustia camina por cada uno de los 123 minutos que dura este filme del que uno sale tocado de manera irreversible.
Curtis LaForche es el tipo que sufre cada día las secuelas de unas amenazadoras pesadillas premonitorias. Michael Shannon es ese tipo, Ese actor gigante que con una sola escena superó con creces a DiCaprio y Winslet en Revolutionary Road. Aquí realiza un soberbio trabajo en el que se mueve entre el miedo, la obsesión y la locura. Shannon utiliza rostro de hombre común para lidiar con las apariencias en un pueblo de Ohio que Nichols retrata con tanta precisión como ya hizo con las carreteras secundarias de Arkansas en su violenta ópera prima, Shotgun Stories. El actor también aparecía en aquella película que retrataba de forma primaria el abrasivo odio entre dos grupos de hermanos. En Take Shelter se guarda el careto desencajado para su tormento interior, cuando su personaje no sabe si lidia con premoniciones reales o una esquizofrenia heredada de su madre. Una estremecedora banda sonora acompaña constantemente al protagonista por sus oscuros viajes interiores.
Lo que hace a esta película especialmente compleja y alejada de todos los prototipos es el tratamiento del drama familiar que se ocasiona con el enfermizo empeño de LaForche para construir un bunker. Los problemas económicos y sociales que genera el atormentado propósito de este personaje comienzan a pudrir la, hasta entonces, equilibrada y dulce situación familiar. Una esposa interpretada maravillosamente bien por la belleza natural de Jessica Chastain y una hija sorda de seis años sufrirán las consecuencias de los extraños comportamientos de un perturbado padre de familia.
La película podría haber fallado en muchos aspectos pero en ningún momento Nichols pierde los papeles, el director tiene agarrado a su personaje y nunca le suelta. A pesar de lo complicado de la propuesta, Shannon se muestra siempre cercano. El espectador no deja de estar a su lado nunca.
La experiencia que supone ver este filme debería haber propiciado un taquillazo que de momento no llega, pero no me equivoco si os digo que Take Shelter es una de las películas del año. La fotografía de Adam Stone, las actuaciones de Shannon o de Chastain, la poderosa cámara de Nichols y ese espeluznante e irrevocable final son mis argumentos.
[8,7]
por Pedro Moral
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