Typical Spanish (III)

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¿AÚN NO HAS VOTADO POR EL MEJOR DISCO DEL SIGLO XXI?

EL ELEFANTE ESTÁ BORRACHO | por Dani García

¿Os acordáis cuando Dumbo se la pilló doblada? “Picos” de surrealismo semanales

En anteriores episodios de “Typical Spanish”…

…Nuestro saludable ecosistema de festivales hace uso del aspecto emocional de su audiencia, utiliza el registro emocional con tipografías fuente 24 de las bandas mediáticas que provoca un cortocircuito en el análisis racional de por qué el primer grupo español está en fuente 16: Sexta técnica de la manipulación mediática enunciada por Noam Chomsky. Ellos hacen lo mejor que saben, marketing, porque los poseedores de nuestra escena independiente es un sistema de discográficas y promotoras que funcionan en un mercado pactado, estático, duro, rugoso, anclado, anticuado, con mucho trabajo eso sí, se dejan la piel, pero carente de productividad, y sobre todo conformista, corto de miras. Así, consiguen hacer creer al panorama independiente nacional en su totalidad (empezando por las bandas, discográficas, promotoras y, sobre todo, públicos) que nosotros somos solamente los culpables de nuestra propia desgracia, la desgracia en la que siempre nos refugiamos: Spain is different: Novena de la manipulación mediática enunciada por Noam Chomsky. Los medios de comunicación del sector, quienes tenemos que abanderar y desarrollar el pensamiento crítico para activar este alelamiento mantenemos al público en la ignorancia y la mediocridad, estimulándoles a ser complacientes con ellas acostumbrando a la audiencia a información de vulgar calidad: Séptima y octava técnica para el control y dominio de las masas enunciada por Noam Chomsky.  

Somos un público (todos somos consumidores: discográficas, promotoras, festivales, bandas, medios y el propio público en sí) el cual se nos ha injertado en el inconsciente una serie de ideas, concepciones, conceptos y prejuicios que hacen que nos culpen y auto-desvaliden, que nos llevan a la inhibición de la acción: conformismo. Lo que se resume en que digamos “typical spanish”. Y yo mismo hoy voy a pecar de esta muletilla, sin el sentido crítico anulado, para sentar en el banquillo de los acusados al público español como otro de los causantes de la mala exportación de las bandas nacionales, de que no sepamos vender nuestro producto de calidad. Pero sin caer en ese estado depresivo, simplemente desarrollando un pensamiento crítico precisamente estoy diciendo lo guapa que son nuestras novias y lo poco que se lo decimos.

El código genético de la audiencia de música independiente española es lo más cercano a dime como meas y te diré de que pie cojeas. No sabemos escuchar, no sabemos percibir, no sabemos entender, no sabemos atender, no sabemos recibir las propuestas musicales que vienen con los brazos abiertos para hacer simbiosis con el público presente, tanto las que conocemos como las que desconocemos. Tenemos inquietud por la música independiente pero a los conciertos y los festivales vamos a lucir postureo, como se hace en Las Ventas o en el Santiago Bernabéu.

Me di por primera vez cuenta hace unos años en un concierto de Cuchillo en el Café La Palma de Madrid, una salita pequeña, una propuesta la del dúo catalán que necesita no solo de la activación al 120% de todos los sentidos sino sobre todo de silencio; un público que se fue a tomar su primera copa de sábado mientras le contaba a su amigo/a lo injusto que era que su jefe no le había dejado rascarse el culo esa semana en el trabajo. Y así han pasado los años, los conciertos, con esta resignación, somos malos oyentes, especialmente en Madrid donde estamos dados a lucir palmito. Así lo vi de nuevo instantáneamente en los primeros diez minutos de Toro y Moi en el pasado Día de la Música Heineken, ¿cómo era posible que ante una propuesta musical tan enriquecedora y trascendente como la del americano solo hubiera veinte personas, entre mil quizás en el escenario, realmente recibiendo, acogiendo, lo que el artista estaba intentando comunicar en el escenario? Los otros novecientos ochenta que si “píllame un par de perritos calientes”, que si “vamos a cenar pizza”, que si “donde toca Vetusta Morla”, que si “tenemos el botellón fuera escondido”, que si “vas a ir al FIB”, que si “que calor”, que si “quien es este de Toro”, que si “que gordo está el de PS I Love You”, que si “me he hecho otra letra china de tatuaje”, que si “donde te has comprado eso tía”, etc.

Independientemente que ya lastra nuestra inteligencia y estimula nuestra mediocridad no abrir la mente para intentar prestar atención a una propuesta nueva, si nuestra elección es practicar los deportes nacionales de tocarnos los huevos a mano cambiada, contar esos problemas sentimentales que nos parecen el fin del mundo, quejarnos por que nos explotan de becario o escaldar a alguien, ¿qué razón hay para ir al concierto en vez de quedarnos en el bar de la esquina? Id al Primavera Sound, ya no solo por la tremenda oferta incapaz de abarcar por un individuo inquieto sino por el aura escuchadora que hay, observad al público las ganas que tiene de explorar en cualquier propuesta desconocida.

Claro que, no podemos pedirle peras al olmo, la mayoría de esos oyentes son extranjeros mejor educados aunque Barcelona sí que es una audiencia levemente más formada si lo comparamos con la cultura del postureo madrileño. Como siempre es un problema de educación. No hay educación cultural de la música o la que hay es el Carrefour de esclavos-consumidores que provoca una mutación de conceptos: música igual a evento de ocio y no música igual a evento cultural. Preguntaros, ¿quién va a un festival solo por la música? Evento de ocio en España es pillársela doblada, por deformar la concepción hasta un extremo, es decir, disfrutar con alcohol, por favor, y drogas claro. Un evento cultural requiere de atención, porque requiere de la utilización de los sentidos para recibirlo. Partiendo de esta pandemia es muy difícil que las propuestas musicales nacionales que se intentan abrir paso sientan el cariño general de sus compatriotas, por lo que se añade una losa más en la falta de intención y metodología de exportar con productividad mediática y promocional el talento del panorama independiente español que está ahogado en ese estado depresivo.

Cierro con esto la trilogía «Typical Spanish» que ¿continuará..?

Dani Garcia
Dani Garcia
Periodista. Formó parte de HABLATUMÚSICA.com de 2011 a 2013, alcanzando especial repercusión con su columna 'El Elefante Está Borracho'. Actualmente prosigue su carrera en Doist PR.

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