[dropcap type=»1″]L[/dropcap]as caras de Fat White Family están lejos de ser bonitas. Gente fea que viste ropa sucia. Facciones a punto de derrumbarse en cada instantánea por la mezcla de condimentos prohibidos. La música de este nuevo sexteto saborea el rock del pub más zafio en el que has estado. Lo mezcla con el situacionismo que implica un cerebro de izquierdas en la Gran Bretaña que vive bajo los efectos permanentes del Thatcherismo.
White-riot-I-wanna-riot-white-riot-a-riot-of-my-own. Han sido nombrados como la banda más temible de la música británica. Ellos aseguran que eso no evidencia otra cosa que los momentos mansos que se viven en Albion. Tienen razón. Inglaterra no es el lugar lleno de mariposas y colores que venden Coldplay. Londres se ha convertido en una ciudad vendida a los yuppies y clases altas, la capital donde la clase obrera es poco más que una peste. Una peste que puede reventar Tottenham en un par de noches. La izquierda les acusa de no comulgar lo suficiente. La derecha les odia. Aspiraciones vagabundas de una panda de enajenados que pelean entre ideas políticas y el nihilismo absoluto.
Fat White Family proyectan una psicodelia postapocalíptica en su debut ‘Champagne Holocaust’ (Trasmouth, 2013) que no sirve para otra que su presentación. Este año ya han respondido con un single que precederá a su segundo trabajo. ‘Touch the Leather’ es repetitiva, sucia, tribal y genialmente adictiva.
Según cuentan los medios de la ciudad, los Fat White ofrecen los mejores directos. Penes, culos, la hoz y el martillo, cabezas de cerdo atadas a palos como si se tratase de ‘Holocausto Caníbal’. Todo eso se da dentro de un directo rodeado de mantras, guitarras, sudor y olor a charcos de cerveza. Una nueva clase ha nacido en Londres.