LA VIDA DISOLUTA | por J.Castellanos
Lo han vuelto a hacer, decían los anuncios. La banda más grande que el rock había decidido vomitar en años publicaba Room On Fire. Era el año 2003 y The Strokes estaban en la cima con tan sólo un Is This It que valía por el mejor de los debuts. Todos querían ser ellos y cada banda era una nueva marca blanca que no aspiraba a otra cosa que chupar rueda y poner el “the” a su nombre.
Tantas cosas pueden darse en 10 años como en un día y los estadounidenses, que tanto prometían, lo han demostrado. Algún trabajo en solitario, First Impressions of Earth, Angles y un tiro en el pie han sido un buen resumen de los dos últimos lustros de los neoyorkinos. Disparo es One Way Trigger, la canción que los de Julian Casablancas ofrecen tras una serie de rumores sobre un nuevo trabajo que este avance ha confirmado. El resultado es una batidora en la que meter el Take On Me de A-ha que tantos supieron ver, un falsete arrastrado hacia el abismo, como el que disfruta viendo destruirse lo que con rapidez construyó, una velocidad ochentera endiablada y un sonido que, en definitiva, recuerda al primer Alex Kidd o a aquellos sonidos SEGA que teníamos que aguantar antaño en los videojuegos.
Hay quien ve en esta nueva canción de The Strokes una nueva vía a su música, un camino que les borre toda sensación de Reptilia. Caer en la repetición es tan cancerígeno como la mala evolución. A lo que suena, en mi caso, es a una huida hacia adelante, a una composición hecha para molestar, como el jingle de un anuncio de fármacos contra el dolor de garganta, la demostración de que una banda que no está unida, ni es banda ni puede crear algo digno.
Cuatro minutos que se eternizan en lo que muchos, que aún creemos en la calidad del quinteto, no vemos otra cosa que una enorme losa de fango como la que les cubría en You Only Live Once y que parece haberse vuelto metáfora perfecta del paso que esperamos se trate de algún tipo de broma de esas que únicamente entienden los que miran a la plebe desde la atalaya del éxito. Hay quien vio en el inodoro de Duchamp la máxima expresión del arte y que gustará de One Way Trigger como la perfecta evolución de canción y el sonido de 2013. Yo simplemente espero un “Lo siento mucho, nos hemos equivocado, no va a volver a suceder”.