A ojo, la cara del britpop para 2/4 partes del planeta y un vividor con mucho cuento para la otra mitad que sabe de su existencia. Idea apisonada la de estos últimos cuando ya van 25 de los 46 años totales que cuenta su vida dedicados a la música. Por don o empeño, aquel muchacho londinense que se embarcó en un viaje de antros y escenarios cochambrosos allá por el ‘89, aún hoy no ha llegado a su última parada.
[quote_box_left]1. Otros nombres que ofrecieron a Blur al ser fichados por Food Records fueron: The Shining Path, Whirlpool, Sensitise.
2. El recorrido de Albarn estuvo marcado por una etapa de fuerte adición a la heroína, gracias a la que reconoció haber logrado componer algunos de sus grandes temas al alto precio de ver su vida peligrar.
3. Su inquietud por el continente africano y su cultura, le ha llevado a realizar varios viajes en los que se empapó de experiencias lo suficientemete capaces de influir su música. Así hemos visto trabajos como ‘Mali Music’ o ‘DRC Music’, abrazando el estilo afrobeat.[/quote_box_left]
Damon Albarn arrancó como parte de una idea descabellada en reuniones de veinteañeros borrachos y hoy todos esos cubatas ya son historia. Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree fueron los elegidos escuderos que le acompañarían en sus batallas de joven desenfrenado. Entonces nació un ejército estúpido que quisieron llamar Seymour y, por alguna razón, despertó el interés de Food Records, sello del que pasarían a formar parte con una inmutable condición inicial: a partir de ahora serían Blur.
‘Leisure’ (Food, 1991) fue su primer combate, para el que se armaron de vicio y depravación sin pensar en que la única forma de permitirse esa vida sería gracias a sus canciones. “No nos merecíamos respeto porque no nos lo tomábamos en serio”, ha reconocido Albarn tiempo después. Y no lo tuvieron. No lo suficiente. Hasta la tercera contienda: ‘Parklife’ (Food, 1994). Entonces sí, disponían ya de la munición precisa para la victoria. Su táctica de batalla era el britpop y así Blur fue venciendo las dificultades hasta hoy.
BLUR HAN IDO ESQUIVANDO ATAQUES Y DEBILIDADES HASTA ESTE MISMO AÑO
Los períodos en que el grupo paraba para coger fuerzas, Albarn los empleó en seguir descubriéndose a sí mismo. Se empapó de culturas a las que abrió las puertas en sus composiciones, cambió sus pasiones para cantar a otras vidas, se rodeó de nuevos amigos y creó trabajos que nadie imaginó llegarían a emanar de aquel insensato que fue en los últimos ’80. Una actitud que aún hoy le hace seguir creciendo y, con él, a todos quienes le han sostenido este cuarto de siglo.
Gorillaz fue su segundo gran proyecto junto al diseñador Jamie Hewlett; el batería africano Tony Allen, su gran aliado para descubrir la música africana; Paul Simonon, Simon Tong o Flea, sus acompañantes en supergrupos disparatados; y sus ganas por seguir averiguando cada recoveco de este arte, las culpables de que haya llegado hasta el mundo de los musicales. Así es cómo la carrera de Damon Albarn se nomina como la de un insaciable y apasionado púgil que ha venido a confluir en su primera aventura solitaria: ‘Everyday Robots’ (Parlophone/XL, 2014).