Otro nuevo capítulo discográfico en la carrera de Ty Segall con el primer álbum de Fuzz, un trío que apuesta por el rock más duro con tremendos resultados.
Riffs repetitivos y estribillos pegadizos en diez cortes sin fisuras, asentados en su noise pop visceral hasta convertir sus crímenes pasionales en un placer malicioso.