Los sellos apuestan por pocos artistas noveles. La caja se agota y el riesgo cada vez es mayor. Por eso, cuando lo hacen, es que es una victoria asegurada. Universal descubrió a Ella Marija Lani Yelich-O’Connor cuando tenía solo 13 años y la ha convertido en su diamante. La neozelandesa de los suburbios a la orilla del mar es un extraño ejemplo de producto discográfico pulido en los confines de un sello, sabiendo mantener una poderosa singularidad.
[quote_box_right]1. Abandonó sus estudios en el colegio Takapuna Grammar School en su penúltimo año.
2. Aun así, ha declarado que querría estudiar cine en la universidad en algún momento.
3. Músicos de renombre como Dave Grohl o Elton John han alabado a la joven artista.[/quote_box_right]
Lorde es su personalidad. Su voz, su imagen, su idolatría, cada fragmento de su figura radica en su carácter. En su música, la letra y la melodía vocal reinan sobre la espaciosa épica de su mínima instrumentación.
Ya con su primer EP, ‘The Love Club’ (Universal, 2012), la multinacional discográfica comprobó que su apuesta había sido certera. En él se encontraba el primero de varios éxitos, ‘Royals’, que conquistó un pop auténtico y humano que llevaba deshabitado mucho tiempo.
Era inevitable que su debut, ‘Pure Heroine’ (Universal, 2013), se convirtiera en un triunfo absoluto. Con este trabajo, corroboró todas las sospechas que surgieron al conocerla: esta era una estrella de pop diferente. Sin excesos, sin obscenidad planificada, lo que la de Auckland ofrecía era honestidad y una temática cercana con la que la mayoría no millonaria de sus contemporáneos pudieran identificarse.

UNA JOYA AÚN POR PULIR
Este súbito éxito ha mostrado sus caras positivas y negativas. Ha llegado a representar a Kurt Cobain con el resto de Nirvana durante su introducción al Rock and Roll Hall of Fame este 2014. Sin embargo, también ha tenido que soportar el incesante acoso de la “prensa” del corazón por su relación sentimental, conspiranoicas teorías sobre su edad y alguna que otra crítica de colegas de profesión y compatriotas.
La simpleza de su música deja brillar a lo que Ella Marija escribe. Trabajando ya en su segundo álbum, ha declarado que será completamente distinto. La juventud ha logrado que su imagen destaque entre un panorama falso y prefabricado, pero no debe eclipsar una producción musical que, original y sentida, aún tiene mucho que demostrar y que no se debe sobrestimar por la edad de su autora. La neozelandesa puede llegar más alto y, seguramente, lo hará.