La magia de las salas de pequeño aforo reside en un mejor contacto no solo visual sino también musical con el artista. Es muy probable que una banda como Vivian Girls no agotarían localidades en recintos grandes, pero sobre todo, no es algo ni que necesiten ni que vaya con su música ni con la apuesta escénica que ofrecen. Las neoyorquinas llenaron la sala El Sol de Madrid en su tercera parada española dentro de la nueva temporada del Heineken Music Selector.
Pero antes de que las chicas inundaran el lugar con su sonido riot grrrl, unos jóvenes llamados The Last Dandies. El cuarteto mallorquín sorprendió por su actitud (especialmente la de su líder) y buen sonido, con temas como Ha ha ha, extraído de su EP de presentación y se atrevieron a cerrar su set con una versión de Joy Division.
Y las protagonistas de la noche salieron a escena, Cassie Ramone, Katy ‘Kickball’ Goodman y Fiona Campbell. Tres chicas normales, muy modernas (es lo que tiene venir de Brooklyn, nido de hipsters) pero sencillas a la vez, dejando a la vista tatuajes y una paleta de tonos capilares (rubia, pelirroja y morena) que fácilmente te podías cruzar por la calle. Y de hecho, así fue; antes del show, una encapuchada Cassie se paseaba por la calle de los Jardines ajena a las miradas de “¿Es ella?”.
Entre gritos de “guapa”, “pivón” y notitas de fans que le sacaron los colores a la menudita Cassie, las féminas se metieron a los asistentes en el bolsillo desde el primer ataque, la breve pero eficaz Never see me again de su debut homónimo de 2008. Las baquetas de Fiona (sustituta de Ali Koehler, ahora en Best Coast) no pararon de moverse de forma frenética e hipnotizante por la batería y los juegos de voces entre Katy y Cassie dejaron embobado al personal, a medida que recorrían su discografía, con especial protagonismo de Share the Joy, su tercer trabajo. El single I Heard you say abrió la cantera de ‘canciones nuevas’ (tal como señalaron ellas en castellano) seguida de The other girls, pista en la cual Cassie tuvo oportunidad de lucirse a la guitarra, mientras su compañera Katy se bajó del escenario para meterse, bajo en mano, entre el público. Un tema tras otro, las cabezas se empezaron a menear, los pies se dejaban llevar… a la llamada de Dance (If you wanna) estaba claro que había ganas de bailar. Tras un falso final, dieron por terminada su visita madrileña con otro de sus primeros éxitos, No.
Cassie cuenta en The Other Girls que no quiere ser como las otras chicas. Y es que Vivian Girls no lo son. Este trío de antidivas de aspecto inocente e incluso frágil, guitarras ruidosas y voces dulces sigue disfrutando de los pequeños directos y lo demostraron anoche a base de pequeños gestos. La guinda: cual banda amateur, Katy y Fiona se colocaron tras un improvisado mostrador para vender copias de Share the Joy y accedieron a firmar y a fotografiarse con sus seguidores. Y Cassie, cerveza en mano, como una más entre la multitud. Pues, si, va a ser que estas chicas no son como el resto.
Beatriz H. Viloria / J.Castellanos