No es la primera vez que hago esta reflexión en voz alta. En el pasado #culturaTown titulado «El trending topic es música», allá por Marzo, ya comentaba acerca del aperturismo y a la vez la vulgarización de la música que trae consigo internet. En #músicabasura, hace apenas unas semanas, exponía un secreto a voces y nuestro Elefante, en un reciente trompazo, demostraba, entre otras cosas, lo fácil que es crear un éxito pop a día de hoy.
La inmediatez en la que vivimos sumergidos en estos últimos años trae consigo algunas cosas buenas y otras muchas sobre las que debemos reflexionar. Los medios de comunicación tenemos gran culpa de esto. ¿Cuantas veces habéis visto una noticia que finalmente es falsa en los digitales de los últimos años?. Seguramente muchas. La red de microblogging por excelencia tiene también mucha culpa de esto. Periodistas que presumen de serlo lanzan rumores infundados y confunden a miles de sus seguidores, generando sentimientos encontrados y desconfianza. Descrédito.
Los primeros recuerdos que tengo de reflexionar acerca de la inmediatez me retrotraen a los mp3. A menudo escuchabas en tu círculo cercano -casi siempre por parte de alguien que te doblaba en edad- aquello de «¿qué haces con 5mil canciones en ese ‘aparatito’ si nunca las vas a escuchar todas?». Y tú qué sabrás, me decía para mi mismo. Lo cierto es que mirándolo con perspectiva a esta afirmación no le falta su parte de razón.
El modelo freemium de plataformas como Spotify o Grooveshark y la era dorada de la piratería contribuyeron y siguen contribuyendo al consumo masivo de música. Muchos son los que se quejan de estos nuevos modelos de negocio, pero se trata de adaptarse: «El hostelero que trae todos los días churros y porras, si vende 20 churros y 100 porras, al día siguiente deja de traer churros. Si tu dejas de vender discos, tendrás que hacer 200 conciertos». Este nuevo modelo de consumo en masa se refleja a la perfección en algunos comentarios de Pepe Colubi en esta fantástica entrevista para Jot Down: «[…] Cuando de pronto tienes acceso a los 13 LPs de un grupo de golpe… tiene sus ventajas y sus inconvenientes. […] no lo valoras de la misma manera. […] cuando alguien iba a Londres y le encargabas vinilos, a ese vinilo le dabas unas oportunidades que ahora no le das. Recuerdo LPs sobre los que pensaba que, como me habían costado 800 pesetas, tenía que tener algo y lo escuchaba y lo escuchaba hasta que lo desechaba, pero ya con un juicio crítico tremendo. Pero me da la impresión de que no hay un recambio generacional y los grupos que triunfan absolutamente -en la actualidad- duran muy poco. No sé si es bueno, malo o, simplemente, un nuevo hábito de consumo».
Competencia ha existido siempre y por suerte hoy en dia gracias a los nuevos canales de distribución existe una competencia brutal que, seguramente, contribuye a que triunfen los mejores. A su vez, estas nuevas plataformas y su sencillez plantean una cara B, y es que al poder cualquiera publicar sus creaciones sin salir de su habitación, se corre el riesgo de contribuir a la vulgarización de lo que finalmente llega al consumidor.
Sin pretender llegar hoy a axiomas ni verdades absolutas, y centrándome en lo realmente importante, dejo el debate abierto: ¿Está este nuevo hábito de consumo (y su inmediatez) «empobreciendo» el oído del consumidor?.