Si no nos resistimos a negar la realidad, toca admitir que Pitbull pasará a la historia de la Música. Bastará echar la vista atrás dentro de un par de décadas para recordar el Mundial de Fútbol que empieza mañana en Brasil y ver que la canción que le pone música está protagonizada por el artista de Miami.
‘We Are One (Ole Ola)’ es el tema que canta junto a Jennifer López y Claudia Leitte. De una calidad acorde a sus autores, la canción recurre a los clichés sonoros más evidentes y vuelve a reflejar los cánones musicales que definen a la sociedad. Tambores, estribillo idiota y un ole-ole-ola-ola que decora el 40% de la canción.
Brasil goza de una de las mejores identidades musicales del planeta. Artistas de gran importancia internacional que han sabido llevar sus raíces al exterior del gran país sudamericano. ¿Por qué no contar con cualquiera de sus propios artistas y crear una canción en su propio idioma? Es mejor Pitbull.
La FIFA prefiere apostar por palabras tan vacías como “show the World, We are one. One love, life” a una letra que deje sentir la identidad de un país. Imaginen una pieza interpretada por un artista con el nivel crítico mínimo que deje patente lo que informan las encuestas; que más de la mitad de los brasileños no quiere este Mundial.
Este ‘We Are One’ no es el único tema para la cita. Hasta 14 canciones componen el álbum ‘The 2014 FIFA World Cup Official Album’ (Sony, 2014). En él participan Ricky Martin con la canción ‘Vida’ -versión spanglish, según indica el propio álbum-, Shakira y hasta Avicii con el bendito Santana en una canción similar a las otras tantas con las que el joven DJ sueco ha alcanzado el éxito.
¿Qué tienen estas canciones de particulares? Nada. No hay deporte, no hay tropicalismo, no hay identidad. Podrían sonar en una convención anual de buques rompehielos en la Antártida que no notaríamos diferencias. Para los organizadores, el Fútbol y la Cultura tienen la importancia que refleja una canción que, de no haberse celebrado el Mundial de Brasil, hubiera salido igual como éxito del verano. Odio eterno al fútbol moderno.