Es inevitable observar como las bandas que se encuentran en el limbo, entre la genialidad y la chapuza, suelen recurrir a décadas pasadas para dar salida a su innegable talento. El pop que fabrican Portugal. The Man está sacado de los mejores 60’ y moldeado con gusto en la buena dirección, aquella que acaba en la jovial sensación de disfrutar un disco que sabes que no trascenderá pero que es terriblemente divertido. ‘Evil Friends’ (Atlantic, 2013) está compuesto por un conjunto de canciones llenas de color, sin orden, repletas de juegos irónicos y (solo a veces) muy bien afilados.
La grandilocuencia de estos tipos que en canciones como ‘Purple yellow red and blue’ bordean el gusto por el alt-rock de MGMT o que en pistas más somnolientas como ‘Sea of Air’ imitan las bocanadas de gente como Bowie o Harrison en sus versiones más íntimas no cae del todo mal. Pero abruma tanto adorno impostado. Cuando se acercan a la broma con canciones bastante más pop de estar por casa son encantadores y uno decide pararse a disfrutar de temas como ‘Creep In A T-Shirt’ o esa incisiva cuchillada envuelta en polémica religiosa titulada ‘Modern Jesus’.
El ángel de la guarda ha sido Danger Mouse, el productor ha protegido el LP del caos total al que apuntan las composiciones de la banda, le ha dado músculo y ha evitado dotar de complejidad un trabajo honestamente vacío de lírica. Ha reorganizado la ligereza de sus anteriores discos como ‘The Satanic Satanist’ (Equal Vision, 2009) El problema es el terrible recargamiento que sufre el disco. Es como estar demasiado tiempo en una tienda de antigüedades sin comprar nada.