Las calles de Gamonal emanaban el humo de un cabreo que durmió demasiado. Aquellos que osaron decir basta se convirtieron en radicales señalados por el noticiario. Atrapar el desencanto y darle la vuelta. Cualquiera puede ser un radical violento porque ahora la violencia se mide por número de contenedores. España vive en cuidados paliativos. España está perdida ahora y en los tiempos de Pérez Galdós.
En esas llega Pablo Und Destruktion. Folclore con ce, poesía de un Nacho Vegas acelerado con la ironía de Josele Santiago. La música del proyecto de Pablo G. Díaz muestra una patria creada entre caras -que es al final el concepto real- , referencias que van de las gruesas gafas bolcheviques de Limonov al rey Pelayo pasando por aquel Powder, su alopecia y la sobreexposición de su película a las sobremesas del fin de semana. Pero también hay Asturias. Mucha Asturias.
El crooner de provincia abre sus letras a un universo propio tejido a base de raíces propias, orgullo y anécdotas. ‘Sangrín‘ (Discos Humeantes, 2014) es una entrega a la cultura popular menos evidente y a crápulas, licenciosos con corazón e inteligencia pero también a aquellos de carácter sencillo que viven entre complicaciones.
Los cantos de voz profunda, agotada y a veces seductora se mueven entre guitarras que amenazan con estallar, coros militares y crudeza. Discos Humeantes supo ver en su debut ‘Animal con Parachoques‘ (Autoeditado, 2012) unas características que han terminado de explotar en este segundo trabajo.