La vida pasa ante tus ojos y tú te la crees. Lo que piensas sobre las cosas que suceden no son verdades irrefutables. Y eso es lo que dice el señor Beal en ese segundo corte de positivismo adictivo titulado ‘Coming Through’. Cat Power es la dueña de los coros más dulces del último soul. Y Willis Earl Beal juega con un ritmo que será complicado de ignorar. En la onda de tipos como Nick Waterhouse o Eli Paperboy Reed, este músico de Chicago transforma los 50’ en un hit que esperemos que no sea descubierto por la MTV.
El anterior álbum, ‘Acousmaic Sorcery’, era un álbum complejo, repleto de melodías que salían de una producción (muy) lo-fi, era un trabajo que mezclaba sonidos americanos con los rincones oscuros de la música africana. Un trabajo de digestión larga. Este ‘Nobody Knows’ es mucho más accesible, en conjunto es un disco brillante que da la vuelta a lo que todos esperábamos de Beal. Sigue siendo un tipo misterioso, por tanto.
Y confuso, y lleno de rabia. A mitad del álbum aparece una pista titulada ‘Wha’s the deal?’. Los sintetizadores y una campana de iglesia explotan en tu cabeza mientras el alma de Beal es vomitada por una voz confusa y desilusionada. El corte anterior, ‘Too Dry Too Cry’, ha sido elegido como single de este trabajo. Y funciona. La percusión te invade los vasos sanguíneos y te encuentras en cualquier punto del suroeste estadounidense, abrasado por el calor humeante que sale de esas carreteras infinitas que parecen rostros observando la historia.
La colección de 13 cortes da la vuelta a todo lo que esperábamos de Beal. Disfrutable de la primera a la última pista, todas son la esencia de un blues renovado.