En conmemoración al 40 aniversario del nacimiento de la legendaria banda británica Queen, estuvo abierto al público del 25 de febrero al 12 de marzo la exhibición Stormtroopers in Stilettos en Londres, en la que se recogían recuerdos de aquellos primeros años de la banda de Freddie Mercury, en la cual dejaron para la posteridad cinco de los mejores álbumes de rock que se hayan publicado jamás (Queen, Queen II, Sheer Heart Attack, A Night at the Opera y A Day at the Races).
La exposición se dividía en secciones ambientadas cada una en los cinco discos antes citados, así como momentos memorables de esta primera época. El almacén donde se encontraba la exposición se situaba en la zona de Whitechapel, uno de los barrios más bohemios de la urbe inglesa. La entrada, gratuita que se agradece, daba comienzo a la exposición con los años precedentes al nacimiento de Queen, cuando aún Brian May y Roger Taylor tocaban en la banda Smile, con posters del grupo, temas que aunque no inéditos si reúnen suficientes características como para denominarlo rareza y varias pantallas a lo largo de la sala que mostraban entrevistas dónde los miembros comentaban la transición que dio lugar a la formación de Queen.
Antes de llegar a la zona de los discos podías encontrarte con demos de los primeros años de la banda, carteles originales de actuaciones y, para los más melómanos y fans del grupo, en cubículos bien protegidos podías encontrar un set original de grabación, con la mítica guitarra de May, la Red Special(por supuesto no la original que él fabricó, pero sí una réplica muy fidedigna), la batería de Taylor, el bajo de Deacon, así como mesas y equipo de la época auténticos con los que grabaron sus primeros discos.
Además de esto, en otros espacios se podían ver los esperpénticos atuendos originales con los que la banda acostumbraba a hacer sus actuaciones en directo, desde los alados trajes blancos hasta el traje de arlequín de Mercury, o por otra parte ediciones originales de 4-pistas de los singles y álbumes de estudio, revistas originales de la época y mucha, mucha más memorabilia. Detalles que todo el que sea fan de Queen apreciará.
Y tras esto llegas a la zona de los clásicos primeros discos. Las paredes cuentan historias, cada una está plagada de anécdotas y comentarios de los integrantes de la banda, en televisiones que se agrupan junto a las palabras actuaciones nuca antes vistas y otras más comunes de las canciones del disco que ambienta la sección, además de instantáneas nunca antes vistas; incluso el archiconocido fotógrafo Mick Rock (el cual fotografió a las más grandes estrellas de los 70 y ofreció la exhibición “The Man Who Shot the Seventies”) trabajó con ellos y es su obra la inmortal portada del Queen II, que forma parte de la sesión que el fotógrafo hizo con ellos y la cual se mostró en la exposición.
Si bien a partir de aquí más que una exposición de rarezas era una recolección de aquella época dorada, muchos pueden no haber indagado tanto y aunque sí se haya hecho, todos estos recuerdos juntos merecían la pena ser visitados. Quizás hasta demasiada información para asimilar; incluso el más nimio detalle puede ser atesorado en la memoria de los seguidores de Queen, con recortes de periódicos contemporáneos al disco del que hablaban, crónicas de conciertos y reseñas de discos, y atisbos de lo que esta banda significó incluso desde sus comienzos para la música mundial.
En una de las paredes podías ver comentarios de varios artistas, tan dispares como Kurt Cobain de Nirvana y Lady Gaga, hablando sobre la banda y la inspiración que todos encontraron en estos. Una pequeña muestra de que a pesar de los años la música que compusieron sigue estando presente en los artistas más actuales como variopintos (y el ejemplo de Cobain y Gaga lo representa a la perfección). Entre disco y disco había una pequeña sección dedicada al mítico concierto gratuito de Hyde Park de 1976, en el cual llenaron el inmenso parque londinense durante tres días y actuaron para más de 100.000 personas.
Y como recta final a la exposición un pequeño cocktail de lo que fue y lo que es. En la última sala podías ver clips de los primeros singles en 3D y escuchar los temas en una modernísima tecnología de Dolby surround en auriculares. Si bien el audio era espectacular, los vídeos en 3D no ofrecían nada digno de mención, pero como anécdota quedarán en el recuerdo.
Esta es sólo uno de tantos proyectos reservados para el aniversario. Entre ellos llegarán las reediciones de los primeros discos, varios grandes éxitos de los mismos (todo ello remasterizado, que ya veremos si cuenta como pro o contra, aunque el primero que han lanzado, Deep Cuts, suena bastante bien) y la gira de esta exhibición por países aún por confirmar. Un año de celebración y una exposición que recoge la mejor época del mejor grupo de la historia, una mirada inigualable a aquellos gloriosos primeros años que nunca antes podías vivir tan cercanamente y que sirve de recordatorio que aunque hace mucho tiempo de aquello, su música se mantiene impertérrita al paso del tiempo y cada día nos brinda inspiración a los que vivimos por y para la música.
J. Roa