- MARXOPHONE
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6,5
- por Carlos Argüelles
La creatividad es un concepto algo extraño. Según la Real Academia de la Lengua, podría definirse como la “facultad de crear” o bien la “capacidad de creación”. Yo más bien la definiría como el “talento para imaginar algo, un sueño, moldearlo y convertirlo en una realidad personal”. En relación al arte, el ser creativo es una de esas cualidades que no deben faltar jamás, si bien es cierto que no todas las personas que tratan de hacerlo llegan a ese nivel.
The New Raemon no es un caso así. Es uno de esos grupos cuya capacidad creativa está a más que un sobrado nivel, tanto si te gusta como si no su estilo. La banda, liderada por su alma mater Ramón Rodríguez, ha presentado su nuevo disco Tinieblas, por fin ante una gran expectativa depositada por sus seguidores.
Nos encontramos ante un disco estilo indie, pero con una tendencia más que evidente hacia el pop. Producido en los Estudios Ultramarinos Costa Brava por el propio Ramón y por Santi García, se trata de un álbum que quizás supone una ruptura con sus anteriores trabajos. Es algo más lento, y sus letras se centran más en la realidad social que percibe Raemon que en el amor. Eso sí, éstas son buenas, y supondrán una sorpresa para el oyente por su gran sentido crítico.
Respecto a las canciones en sí, se trata de temas muy madurados y bien compuestos. Me ha llamado particularmente la atención las Marathon Man, la que es la canción con más ritmo del todo el LP. Sin embargo, para mí fue un error que este tema fuese escogido como uno de los adelantos previos al disco, ya que es totalmente diferente al resto de las ocho canciones restantes. El estilo musical no se le parece, es mucho más dinámica y rápida, y este hecho pudo suponer una decepción para algunos oyentes a los que les gustara más esa dinámica y esperasen precisamente del largo esta energía que transmite.
Devoción y Galatea son un mundo y aparte a la anteriormente citada. En ambas destacan muchísimo los coros de María Rodés, que se fusionan de manera perfecta con la voz de Raemon Rodríguez y el sonido de su banda. Además Centinela y su toque de la armónica “a lo Bob Dylan” al comienzo de dicha canción está muy logrado.
Así pues, si bien es cierto que para un rockero empedernido o una persona que le gusten los temas “moviditos” el disco será demasiado lento, el ínclito en cuestión que lo escuche tendrá que reconocer que se trata de un trabajo de muy buena calidad. Eso es de reconocer. Sin embargo, las personas que estén acostumbradas al tono intimista y romántico del artista quizás se lleven una decepción. A ellos les animaría a escuchar el disco al completo una segunda vez, háganlo, y verán cómo se darán cuenta de que The New Raemon simplemente ha evolucionado. La vida es así.