Imagínate sentado en un banco en un parque vacío, un rayo de sol inunda tu cara en una fría mañana de invierno y sientes ese agradable calor, ese cosquilleo que te empuja a cerrar los ojos y sumirte en tus pensamientos o en la nada absoluta. O imagínate de pie, desnudo en una playa vacía con el agua salada cubriendo tus pies cada 10 segundos en un bucle constante e inspirador. Pues en un estado mental parecido a estos es como debes de escuchar ‘Lo que me dijiste al oído se extendió por todo el mundo‘ (Foehn Records, 2013) de Escarlata.
Israel Marco de Cuchillo y Remate son los druidas de este íntimo brebaje que se bebe a sorbos. Despacito y con buena letra. No hay nada experimental dentro de este álbum pero sí cierta complejidad en la reducción de elementos. Sintonías pop mínimas alimentadas con repeticiones acompañadas por letras a veces nostálgicas como la claustrofóbica ‘Lo que me dijiste al oído’ pero la mayoría tienen un toque irónico que hará levantar irremediablemente la comisura de los labios, escuchesé ‘He llorado con un ciclista’, por ejemplo.
El dúo también sabe moldear cada instrumento o cada sonido sintético, como ese ruido que empapela toda la atmósfera de ‘Morir sin miedo’ o como las guitarras que lloran heridas en ‘Sacar la basura’. Es cierto que inventar, no han inventado nada, pero el pop que construyen está mecido con un buen gusto inapelable.
Finalizan con una canción con profundidad y peso sonoro gracias a unas cuerdas muy cuidadas. Una pieza instrumental brillante titulada ‘Fiesta’ para cerrar un trabajo redondo en sus pretensiones. Un disco para escuchar en momentos muy determinados. No pasará la historia pero puede que se convierta en la banda sonora de tu ensimismamiento.