Para que los que no les han visto en directo me entiendan: Wilco podría grabar un Kicking Television cada vez que hacen un concierto. Ayer uno tan bueno como el disco en directo que entregaron en 2005. Para que los habituales que ayer no asistieron se hagan una idea de lo que fue el directo en el Price: Al final del concierto, Carlos Boyero se levantó de su asiento aplaudiendo enfurecidamente. Más o menos eso es Wilco. El acierto completo, la apuesta segura. Ir a un concierto de los de Chicago es como ser socio del Barça: siempre sales contento tras el evento.
Y había dudas entre los grandes fans de la banda. Los setlists que venían presentando – Las dos noches anteriores en Londres sin ir más lejos- giraban en torno a su último álbum, The Whole Love, y dejaban en la mochila los grandes himnos. Apostaron por entrar con One Sunday Morning y les salió redonda. Siguieron desgranando poco a poco su último disco con otras como Art of Almost que en directo crecen en calidad. Entre las nuevas se colaron At Least That’s What You Said y Poor Places que dejaron ver las intenciones.
Sin recuperar el aliento apareció la clásica Via Chicago que despertó a un público que había permanecido 20 minutos con la boca abierta y los ojos secos. La canción fue una buena muestra de ese sonido que combina orden y caos de modo exquisito. Luego vino Jesus, etc ¿Qué decir de lo que ocurrió cuando sonó? Madrid para los de Chicago es como visitar a tu abuela. Sube la moral.
No había tiempo para regodeos. Lo dejó claro Tweedy. Demasiadas canciones buenas en tan poco tiempo no dejaban mucho tiempo para el aplauso. Sonaron después War on War y Hummingbird que levantaron en coros al público, al que cada vez resultaba más complicado callar. Tras Dawned On Me aparecieron los primeros acordes de uno de sus últimos himnos: Llegó Imposible Germany. Justo lo que los seguidores necesitaban para explotar. Y ahí apareció Nels Cline. El hombre que mejores orgasmos consigue sacar a una guitarra, quemó el circo con ese carisma que se encuentra entre la excentricidad y el verdadero genio. No hay nadie que sepa manejar las seis cuerdas como él. Glenn Kotche, el batería que toca el instrumento con cualquier cosa –una especie de pájaros de madera le sirve como percusión- también se apuntó a la fiesta. Se oyeron los ya clásicos “oe-oe-oe” de cada concierto de Wilco en España
Pasaron por el escenario como otras estrellas más Handshake Drugs, A Shot In The Arm, Heavy Metal Drummer ¿sigo? The Late Greats, I am The Man Who Loves You, … y finiquitaron la apoteosis con la recuperada I Got You que sonó a auténtico Rock & Roll. Si llega a sonar Spiders la cosa podría haberse tornado histórica. Debería ser obligatorio ver a Wilco en directo. No hay nada igual. Wilco will love you, baby.
Fotos cedidas por heinekenpro.com / Carla Mir
J.Castellanos
Qué suerte. Yo los vi en Londres el viernes y decepción es la palabra. Unos músicos como la copa de un pino, sí, pero demasiado disco nuevo y demasiado poco Wilco. Por los setlists que he visto, fue su peor concierto en mucho tiempo… Y me dio mucha pena porque para mí era muy importante verlos.
¿Misunderstood?, juro que no me moví de mi asiento hasta que la acomodadora no vino a echarme (por si se les ocurría volver), y esa canción no sonó en ningún momento (por desgracia).