Los magos no existen y Jacques Tati murió hace 20 años. A Sylvain Chomet esto no le importó lo más mínimo cuando se propuso llevar a cabo un guión del propio Tati, sobre un mago que adopta a una niña muy pobre de Escocia.
El director de esa otra joya de animación titulada Bienvenidos a Belleville ha resucitado al cómico francés. En cuerpo y alma. El mago protagonista de esta historia –pensada para ser muda- es Tati. Un Jacques Tati animado con el alma de aquel cómico francés de carne y hueso. Muy alto, encorvado, triste, abrigado con gabardina y acompañado siempre por el humo de una pipa.
La sencillez es la mejor cualidad de esta pieza de animación. La sutileza de cada plano se enlaza con la agilidad de los movimientos que Tatischeff (así se llama el ilusionista) realiza con sus manos. Tatischeff va dando tumbos de un lado a otro ya que su habilidad comienza a estar desprestigiada. En los teatros la gente ya no aplaude sus trucos, los grupos de música pop son los que agitan las masas. Ya no hay sitio para los magos (ni para los cómicos).
Una niña humilde de Escocia es, al parecer, la única persona maravillada por los trucos del ilusionista. Le idealiza, hasta tal punto, que se va con él. Tatischeff la viste, la alimenta e incluso comienza a trabajar en lugares como un taller mecánico para poder dotarla de los caprichos propios de su edad.
La nostalgia que impregna cada dibujo alimenta de ternura los andares desgarbados de este mago, que se siente –o le obligan a sentirse- en el crepúsculo de su vida. Y aunque no hubiera hecho falta ningún sonido (así concibió la historia Tati) la banda sonora endulza los momentos más amargos y enrarece aquellos más divertidos.
Dicen que Jacques Tati hizo este guión como una carta con la que pedirle perdón a su hija, a la que abandonó cuando era pequeña. Sea cierto o no, a partir de ahora quien tendrá un sitio en el corazón del espectador será Chomet, el culpable de todo esto. Porque Tati ya nos pertenece desde hace mucho tiempo, que mejor legado que M. Hulot o Mon oncle.
Pedro Moral